Por Antonio Guerrero
Fecha de registro: 18/04/2022 - 02:01 pm
Como
lo comentamos en el artículo anterior titulado “Procesos de Limpieza y
Desinfección en la Industria Alimentaria”, este nuevo artículo acumula 17
puntos clave a llevar a cabo para complementar el proceso genérico de aseo en
planta, y transformarlo en un proceso exhaustivo de aseo de mayor nivel. Sin
más preámbulo, pasemos a lo importante:
1. Asegurar
bien el área en cuanto a seguridad. Ello incluye desconectar maquinaria cuyo
funcionamiento implique un riesgo laboral (máquinas punzantes / con filo, tales
como sierras, cortadoras, navajas, molinos, rebanadoras, desmembradoras, etc.;
o bien maquinaria que pudiera causar una opresión o tracción de arrastre, como
los tornillos sinfín / bandas transportadoras, etc.).
2. Desarmar
la maquinaria. La idea de dejar expuesta y a mayor detalle
las partes de que está formada, para facilitar y profundizar su aseo; es algo
como lo que a nivel doméstico se hace al lavar una licuadora, por ejemplo. Ello
incluye desmontar las tablas de las mesas de corte, remover las guardas de los
equipos, desensamblar un molino, etc.
3. Recolectar
en seco la suciedad alojada en la parte interna de la maquinaria desarmada. Procurando
no mojar todavía la superficie, pues hay suciedad que es mejor recolectar en
seco.
4. Pre-lavar
el área, incluyendo a la maquinaria misma. La temperatura del agua
no debe ser extremadamente caliente (recomendado 60°C como máximo, a fin de no
cocinar grasa que después sea más difícil de remover).
5. Recolectar
en húmedo la suciedad. Después del prelavado anterior hubo suciedad
que cayó al piso; lo ideal es que no se vayan demasiados sólidos al drenaje,
pues pueden taparlos, provocando peligrosos rebosamientos.
6. Espumear
el detergente. Se recomienda que los trazos sean
horizontales (sobre todo en superficies verticales tales como paredes), para
que por gravedad la espuma cubra a toda la superficie.
7. Reposar
a la espuma. Para dar tiempo a que el detergente emulsifique a la suciedad;
normalmente esperar un par de minutos es suficiente.
8. Tallar.
Escoger la mejor herramienta para ello. Una fibra y un cepillo sirven ambos
para tallar, pero habrá ocasiones en las que será mejor utilizar uno u otro,
según. Cuando la suciedad a remover esté muy arraigada a la superficie, los
trazos del tallado pueden cambiar de sentido, para lograr la mejor remoción. Es
lo mismo que hacemos cuando cambiamos de posición el rastrillo al momento de
rasurarnos.
9. Enjuagar. Se
repiten las recomendaciones del punto cuatro (4), con el adicional de evitar el
enjuague a alta presión (los equipos APBV o hidro lavadoras no serían una buena
opción), pues se facilita el salpicar la suciedad del piso a la maquinaria.
10. Secar las superficies. Deberá hacerse con material inocuo, preferentemente desechable; no debe haber desprendimiento de material (fibras de papel ni textiles, tampoco pelusa; todo ello sería re-contaminante al aseo que se está llevando a cabo).
11. Liberar la maquinaria.
Deberá recuperarse de una manera limpia e inocua una muestra por hisopado (el
hisopo solo muestrea un solo punto, o en caso de hisopar varias superficies
siempre debe muestrearse primero lo más sensible a inocuidad). Si la inspección
se hace de manera sensorial, se descarta el palpado de la superficie (a no ser
que se haga con guantes, con lavado / desinfectado antes y después de cada
punto palpado); en inspecciones sensoriales se recomienda utilizar asimismo la
vista y el olfato como puntos de detección, además del palpado de las
superficies.
12. Desinfectar. Se
desinfecta la maquinaria (superficie de contacto directo con alimento), pero se
desinfecta también, y enseguida, el ambiente de las salas de proceso. Para las
aplicaciones a superficie conviene asegurar que dichas superficies queden
completamente impregnadas de desinfectante.
13. Reposar
al desinfectante. Dependiendo del tipo de desinfectante
aplicado, hay que esperar entre 5-10 minutos a que cumpla su lapso de
desempeño. Un halogenado (cloro, bromo, yodo) trabaja a velocidades muy
distintas que una sal cuaternaria de amonio.
14. Verificar. Es ampliamente recomendado muestrear periódicamente las superficies con microbiología, para validar que los procedimientos de aseo de la planta se están ejecutando de manera conveniente.
15. Asear
las trampas de sólidos de los drenajes. Toda la suciedad de la
faena ha ido al piso, y de allí al drenaje, por lo que hay que retirar las
trampas de sólidos de los drenajes para asearlas, para no dejar esa suciedad en
dichas trampas, lo que provocaría rebozamiento prematuro de los mismos, malos
olores en la sala de proceso, etc. Por bioseguridad se recomienda sustraer
todas las trampas de sólidos al exterior de la planta, y hacer allí el aseo de estas.
Ello debido a que L. monocytogenes es un habitante común de los drenajes, y lo
último que se desearía es re-contaminar con dicho microorganismo patógeno a
otras superficies en el interior de la sala de proceso (piso, paredes,
mangueras, suela de bota, etc.).
16. Lavar,
desinfectar y almacenar de manera segura las herramientas de trabajo.
Mangueras, cepillos, fibras y demás utilería que se ha empleado en faena debe
ser lavada y desinfectada antes de su resguardo final.
17. Bitacorear. Hay
que tener una reseña de lo acaecido durante la jornada, de manera que se haga
un historial de trabajo jornada a jornada. Esto es un documento auditable, por
lo que se le debe dar la seriedad y formalidad correspondiente.
¡Nos
leemos en el próximo artículo!
Muy interesante .